Saturday, July 18, 2009

foto 18 de julio 2008


Este blog ha sido inspirado por el de Uberto Stabile.  Un estilo de escritura con fotos me parece que propone, entre otras cosas, un nuevo formato del diario personal.  Una pena no poder olerlo, insertar hojas o flores entre las páginas.  Lo público y lo privado en un punto intermedio. Para la gente joven como mi Paola en sus 14 es una bomba de tiempo esto del contar ciertas intimidades para las cuales nos envalentonamos hoy de decir y mañana, por razones prácticas, preferimos o nos conviene callar .  A mí ese tipo de balas locas a lo largo del tiempo no me importan ya.  No creo que vayan a matarme o a traicionarme más adelante mis palabras.  Por ahora, en esta isla de Manhattan, donde las dos librerías en español desaparecieron hace un año, leer y escribir en español a manera de un diario personal me resulta una necesidad intrínseca.  Vivo en una ciudad donde la soledad se hace más dura por sus reglas de privacidad espacial, ajenas al temperamento de la mayoría de nuestros países; y nos ahoga.  Como ocurre en Diario de una Ninfómana, estoy sola y tengo que preguntarme cosas, como me habría dicho su abuela (representada por Geraldine Chaplin): es la mejor manera de sacarse lo que rumiamos dentro.  

 

También estos blogs se conectan a la idea de la noticia en caliente, el diario personal engarzado con el diario noticioso. 

 

2. Esta foto (la de este blog) tomada un 11 de septiembre del 2008 fue un accidente; mejor dicho, la tomaron contra mi deseo.  Con esas dos manos tapando la mitad de mi cara estaba tratando de decirle al fotógrafo "no gracias, no quiero que me tomes fotos".  Pero, al enviármela, me enamoré de ella.   Así, un ¡NO! puede terminar siendo un rotundo ¡Sí!, o lo que no queremos que pase se nos impone de muchas maneras, con un final feliz en este caso.  Para esas fechas inicié otra etapa (también recordada por ser la última lectura que he dirigido hasta hoy en el Cornelia Street Café, presentando a estudiantes y profesores de los programas de Creación Literaria de New York University y CUNY).  Por eso este blog debe también, como pienso hacerlo en unos minutos, venir con el poema que escribí ese día titulado Eclipse, traducido al inglés por Pilar Blanco.  

 

Habrá personas que no perciben cuando entran a un nuevo ciclo en sus vidas; yo me doy cuenta, he tenido la suerte de captar mutaciones en mí.  Esta foto lo es, de hecho, yo estaba sentada en la tumba de un cementerio donde se presentaba una exhibición de fotos esa noche.  Venía caminado desde Cornelia Street para tomar el bus en la Tercera Avenida.  Doblé por Wanamaker Place y luego fui a Symphony Space, famoso lugar por su cementerio (Lower East Side).  Espero ahora que vean más clara la historia.  Hubo luna llena.  Me enteré que hubo eclipse también.  Yo estaba inmensamente triste esa noche.  A partir de ese momento he mutado al estado en que ahora me encuentro.  Entre octubre y noviembre, regresando de un viaje por los desiertos de Chañaral, tuve otra mutación.  Desde aquellos días llevo la imagen fija del mar y el desierto en los ojos, pingüinos y leones de mar entran y salen morosamente.  Mi lectura de entonces, si existe coincidencia, resultó ser Las Ciudades de Agua de Raúl Zurita.  El me hablaba del mar y del desierto de Atacama. Como lo acontecido el 11 de septiembre, de regreso a mi lugar en Nueva York, hice parada con otros poetas en un lugar cerca del Valle del Elqui al que soñaba ir después  de haber leído El cielo está más cerca. Esas eran las tierras de la Mistral. Me iba a perder de ver las estrellas del Observatorio de Mamalluca.  Le pedí a varios amigos que al ver alguna estrella fugaz pidieran un deseo por mí.   No sé si lo hicieron.  El hecho es que noviembre anunciaba frío.  Y así ha sido desde entonces.